Nos despertamos, cogimos nuestras pertenencias, entre ellas pasaporte, pues Macau es como Hong Kong, es como salir del país. Compramos los billetes y zarpamos rumbo Macau. Y el momento trágico del día apareció a nuestra llegada a Macau, en las aduanas. Os voy explicar un poco para que os hagáis una idea, ya que otra vez más, el perjudicado fue Jeff, que como no le había llegado con que le robasen la cartera y meterse el golpe de su vida en la bici, quería un viaje realmente inolvidable. El caso es que es un poco desastre, y una vez, se le había quedado el pasaporte en los pantalones, y se fue a la lavadora, por tanto, estaba echo un asco. Así que os pongo un poco en situación:
Un tío con una pinta de chino que se le ve a leguas, con unas cicatrices que parece que acaba de volver de la guerra de Vietnam, con un pasaporte en el que incluso las tapas están separadas del librillo, y además, ya para colmo, dicho pasaporte, estadounidense, con el buen rollo que hay entre USA y China. Ya os imaginaréis que le dijeron, no? Que él allí no entraba, así que el pobre se tuvo que dar media vuelta, y volverse a Hong Kong.
Ciertamente fue una pena, porque Macau es precioso. A mi, personalmente, me gustó muchísimo más que Hong Kong. Si os digo la verdad, no me gustó por nada en partícular, sino por el todo de la ciudad. La ciudad está formada por dos islas, pero están unidas por un puente. Una de las islas es en la que están todos los famosos casinos, y la otra, es la parte colonial. No nos dio tiempo a ver la parte de los casinos, pues nos dedicamos a ver la zona colonial, ya que es preciosa! A mi me recordó mucho a una ciudad europea, con todo su casco antiguo.
Cuando llegamos, fuimos directos a la oficina de turismo, pero no nos sirvió para nada. Lo único, que nos dieron un mapa, pues la tía que estaba allí sólo nos decía de visitar las ruínas de la Catedral de Sant Paul, y los casinos...ya veis que manera de visitar una ciudad, no? Menos mal que con el mapa y la Lonely Planet nos movimos bastante bien. Para colmo, por si fuese poco lo bonito que es, está todo traducido a portugués, porque, como Hong Kong, fue colonia hasta hace bien poco, y en este caso, portuguesa. Es muy simpático, porque está en cantonés y en portugués. Ni mandarín, ni inglés, las lenguas importantes.
Lo más famoso lo dejamos todo visitado, desde las
Tras más de 8 horas
No os podeis imaginar la cantidad de gente que había, pero era mucha, mucha, mucha. Si os digo la verdad, no vi casi nada del desfile que había para la celebración del año nuevo, pues entre empujones, estar pendiente de que no te robasen nada, más empujones, gente pasando por delante y detrás tuya al mismo tiempo, etc. no atendí mucho...Además las calles estaban cortadas, así que, ni pudimos encontrar a Jeff hasta pasadas dos horas del espectáculo, y no pudimos llegar al hostel hasta las tantas, pues era imposible moverse por la ciudad, así que ya sabéis, este tipo de cosas en China, por la tele.
En fin, que esto fue el último día de mi precioso viaje al sur, por tanto, ya os dejo de molestar con esto, que ya hace un mes del viaje y aún sigo con ello. Así que ya empezaré a poneros alguna aventurilla de las que me pasan, aunque ultimamente no me pasan cosas muy extrañas, aunque claro, alomejor ya me he acostumbrado a este país de locura y no me llaman la atención las cosas raras. Aunque hay un día en el que no voy a contar nada del viaje, pues fue del día de vuelta, tampoco nos pasó nada, sólo que el avión se nos retrasó, y...que nos intentaron timar repetidas veces por Shenzhen, así que no os preocupéis, que aunque no os lo he contado, si que volví a Beijing...
Saludos
Agustín, un gallego en China.
2010.03.17
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