Xi'an. Guerreros de Terracota.

Hola amig@s, Ya he terminado mi viaje, ya estoy en Beijing de nuevo dándolo todo. Pero hoy toca hablaros de Xi'an. Si, el sitio ese que ahora es famoso también porque le han dado el premio Príncipe de Asturias. Pues he estado tres días en la ciudad. Como no, tengo que hacer mis críticas al lugar, ya que a mi me ha parecido un sitio que es mucho menos de lo que nos venden.

El primer día, tras mis 16 horas de tren desde Chengdu, me encontré con Fernando. Un amigo de Madrid, que está como yo en China con el proyecto, pero él en Beihang. Habíamos quedado en Xi'an, porque están unos amigos de él en China de viaje, y una de las cosas que querían ver era Xi'an, así que arreglé mi viaje para llegar el mismo día que ellos.

Lo primero que hicimos fue, como no, ir a visitar los Guerreros de Terracota. Está a una hora del centro de la ciudad, algo muy normal en China, ya que en el centro de las ciudades no suele haber cosas muy interesantes, sólo los típicos templos budistas, y poco más. Llegamos al lugar, y cogimos un guía para que nos explicase más o menos las cosas interesantes. La visita comienza con una película, en la que te pone, más o menos en situación, y después hay tres fosos con guerreros.

Empezamos por el más pequeño, y fuimos yendo hacia el más grande. Como podéis ver en la foto, sólo hay algunas hileras destapadas, pues parece ser, que aunque están destrozados porque los campesinos, hace 2200 años, en una revuelta, asaltaron el lugar, aún conservan la pintura, pero en cuanto abren el lugar donde se encuentran, en diez días, la pintura se cae, así que están esperando a que haya tecnología para poder conservar dicha pintura. Que sepáis, que todos los guerreros que veis enteros, excepto el que pongo e la foto entero, que es uno de los que se conservan bien, están reconstruidos, ya que, como comenté antes, el lugar fue asaltado en una revuelta campesina.

Con los Guerreros de Terracota visitados, pues nos fuimos a otro lugar, también a las afueras de la ciudad, pero no voy a hablar de él, pues era un sitio lamentable. Era la tumba de un emperador chino, que tenía un montón de figuras en barro, como los guerreros, pero en miniatura, y con más formas como animales, muñecas, etc. Con la desilusión en el cuerpo, nos largamos al centro. Esa noche, nada muy especial, ya que sólo cenamos, fuimos a un KTV, si, karaoke, y después un rato a una disco, pero como era domingo, pues no fue nada fuera de lo común.

Como Fernando y sus amigos ya se iban el día después, pues ya no los molesté, para que pudiesen ver un poco el centro de la ciudad. De todas maneras, visitando yo el barrio musulmán, me los encontré buscando la Mezquita como locos. Como era tarde, en el momento que la encontramos, ellos se tenían que ir a coger el tren, así que ya volví a estar más solo que la una, y de viaje.

Durante todo ese día me dediqué a visitar la ciudad, con sus pagodas, torres del tambor y la campana, templos budistas, y hasta una mezquita, que no es algo muy normal en China, pero como esta ciudad, al tener una población musulmana tan grande, pues tienen su propia mezquita.

La ciudad, nada muy especial. No tiene el encanto de Chengdu, aunque tampoco es tan fea como Chongqing. Una cosa intermedia. Además el ambiente en el hostel en el que me alojé, pues tampoco era gran cosa, así que hizo que no me lo pasase todo lo bien que hubiese deseado.

En la visita a la ciudad, pude dar un paseo de 14 km en bicicleta, sobre los muros que rodean la parte antigua de la ciudad, y he de decir, esta vez sí, que es diferente, y está bastante bien. No por el echo de las vistas, sino porque es algo diferente. Si, una ciudad china en la que puedes hacer algo más que ver templos budistas e ir de karaokes.

Con esto me despido por hoy, y ya este blog está llegando a su fin, o por lo menos temporalmente. Creo que os voy a dejar una encuesta para preguntar si queréis seguir teniendo noticias de mi, aunque ya abandone China.

Un saludo, Agustín

2010.05.21