Y me convertí en ingeniero.

Siento la espera, pero la conexión no me permite escribir entradas en el blog más rápido. La verdad es que me hubiese gustado actualizar ayer, pero no sé exactamente porqué me levanté con un dolor de cabeza gigante, dolor de estómago, y malestar general en todo el cuerpo. Me gustaría saber exactamente porqué, pero no encuentro un razón científica...

Ingeniero, menuda palabra. Ahora la verdad, ya me siento superior, de otra clase social. No, en serio, yo creo que aún no me creo completamente, que ya haya presentado el proyecto, y que, a falta del papeleo en Madrid, haya terminado mis estudios de ingeniería técnica de telecomunicaciones.

A ver, os cuento. La presentación, que sólo podía ser de 10 minutos, se alargó hasta 15, pero sin problema. Además de mi tutor, mi supervisora (que no habla inglés, sólo lo entiende) y otra profesora, se acercaron a la presentación bastantes amig@s para ver si era verdad que me dedicaba a hacer algo productivo, y no sólo salir de fiesta y esos menesteres. Así que a las 14.30 comencé la presentación, y tras los 15 minutos de transparencias, seguidos de otros 15 minutos de preguntas se dio por concluída la presentación. Me dijeron que no había sido demasiado aburrida, y que pese a que mi tutor me la jugó, pues no me puso la última versión de las transparencias que había hecho, pude salir del paso sin problema, y dejarlos anonadad@s.

Cuando la gente salió del shock en el que se encontraba por la brillantez de mi exposición, nos dirigimos al cocktail que me habían preparado los de mi laboratorio para celebrar que me iba. Si, yo creo que ésa era la gran intención, para así no tener que verme el pelo más. En el cocktail, mi supervisora me regaló una cosa muy bonita, que es para decorar, pero aún no sé qué es exactamente. Cuando lo sepa os lo diré. Y nada, ya sabéis, lo típico, todo el mundo feliz, comida, un poco de champagne que había traído Álex...etc

Como algunos de mis amig@s son un@s vag@s, y no había acabado unas cosas que tenían que presentar el día siguiente, quedamos ya para la noche vernos, y celebrarlo por todo lo alto. A ver, no os voy a explicar como fue el procedimiento, pues creo que las fotos a continuación lo harán por mi, e incluso podréis saber porqué tenía ese malestar ayer...

Lo dicho, espero que también os alegréis por mi un poco, ya que al final me han puesto un 90/100, que no está mal.

Un saludo, Agustín.
Un ingeniero gallego en China.
2010.04.16