28 de junio de 2010

2010.06.28 Sobrado - Arzúa

Hola, por lo que veis, me estoy poniendo al día en esto del blog en el Camiño de Santiago. Hoy os voy a contar el final de mi día en Sobrado, y el camino hasta Arzúa. El día pues terminó de aquella manera. Primero, una mujer muy maja, me arregló los callos que me habían salido con esto de andar un montón de horas, y la verdad es que se agradeció bastante. Después de eso, tuvimos lío en el albergue, pues el loco del pueblo, estuvo dando golpes en la puerta a las tantas de la noche intentando entrar. En fin, historias para no dormir. Ah, que se me olvidaba, además de esto, me tocó una mujer en la cama de al lado que roncando parecía un camión, así que no quiero decir lo poco que dormí.



A las 5 y media de la mañana hoy tocó despertarse, para hacer los kilómetros temprano y no llegar a una hora muy tardía y no tener albergue, así que a las 6 de la mañana, Aitor y yo, nos pusimos en marcha. El camino se hace mucho mejor cuando es de noche, o por lo menos, a primera hora de la mañana, porque, entre otras cosas, los pies no se están quejando de dolor. El camino lo empezamos con dos chicas de Asturias, pero en menos de una hora, las dejamos atrás y continuamos con nuestro recorrido. Cuando llevábamos un par de horas de camino, paramos en Boimorto, para tomar un café y coger provisiones de dinero.


Tras pasar Boimorto nos reencontramos con los dos hermanos de Madrid y el hombre de Alicante, y con ellos acabamos el tramo del camino.



La llegada a Arzúa no fue demasiado mala, pues aunque el albergue no abrió hasta la una, y nosotros a las doce ya estábamos allí, nos tomamos unas cervecitas, y después estuve dando un pequeño concierto con la guitarra enfrente del albergue, vamos, un lujo con todas las letras! No sé si os lo había comentado, pero he conocido a unas señoras de la República de Sudáfrica, muy majas, que llevan desde Irún con el camino, y bueno, estuvieron dándome ánimos cuando me quitaban los callos, es que soy un quejicas, y la verdad es que muy bien, y hasta me han regalado una pulsera típica de allí! Vamos, genial!



Y nada, ya para terminar, os pongo una foto de la iglesia que está al lado del albergue, que no es nada especial, pero me apetecía ponerla.


Un saludo, Agustín.
2010.06.28

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