Viaje al Sur. 2010.02.07 Guilin Yangshuo

Tras la noche del día anterior, habíamos quedado en despertarnos a una hora razonable, es más, habíamos hablado de despertarnos temprano, no obstante, eso de acostarse a las tantas y después madrugar, no sé porque, pero no lo llevamos todo lo bien que deberíamos, así que, como estaréis pensando, nos quedamos dormidísimos. Y claro, esta vez, tuvo consecuencias, porque queríamos ir en barco desde Guilin hasta Yangshuo, pero sólo hay unos poquitos y son a primera hora de la mañana, así que nos quedamos sin barco.

Como somos gente de recursos, nos dirigimos a la a estación de autobuses para cogernos un bus de no más de una hora hasta Yangshuo, dónde casi volvemos a morir, a que había llovido. Os pongo en situación. Un autobús más o menos nuevo. Lluvia en la carretera. Un camión que va como un loco. Frenazo inesperado del camión. Tijereta del camión quedándose en nuestro carril. Intento de frenado del autobús. Aquaplaning. Carlos gritando que vamos a morir. Yo intentando dormir. Ya veis, una buena historia con final feliz, ya que el conductor supo frenar a tiempo.


Lo de haber cogido el bus no nos importó, pues el tren para la siguiente ciudad salía desde Guilin, así que había que volver, por tanto podíamos volver en barco desde Yangshuo hasta Guilin para coger el tren. Después nos enteramos de que no había barcos de vuelta. Si, no tiene sentido, pero esto es China. Fue bastante simpático diciéndole al chaval que nos contaba que no había barcos de vuelta, ya que no nos parecía muy creíble y le preguntábamos si los hundían o los destruían cuando llegaban a Yangshuo, en fin, historias para no dormir.

Llegamos a Yangshuo, que por cierto, es lo más bonito que he visto hasta ahora. Alomejor el Stone Forest es el sitio a visitar más bonito, pero el pueblo y los paisajes, Yangshuo. Increíble, la verdad es que no hay palabras. Espero poder hacer que lo veais, aunque sólo sea a medias.

Llegamos al hotel, y como éramos los únicos huéspedes, nos pusimos a regatear el precio de la habitación, que desde los 50 yuan que nos pedía al principio. se lo dejamos en 30, que no está mal. Si, sé que parece muy ruin regatear 20 yuan, que son 2€, pero, aquí es más de lo que parece.
Tras asentarnos en la habitación, y ver que no estaba nada mal, con sus dos camas dobles, dos baños, terracita, dejamos el equipaje, nos relajamos un poco, y nos fuimos a dar un pequeño paseo por el pueblo, para familiarizarnos con él. Es muy pequeño, y muy pero que muy turístico. Allí la gente ya no se te quedaba mirando raro, y además te encontrabas a un montón de extranjeros. Estuvimos con los chicos de Alemania, ya que habíamos hablado en Guilin en qué hostel nos quedaríamos, y allí nos vimos.





A media tarde nos fuimos al McDonalds a por unos cafés (si, café, que es más complicado de lo que parece encontrar una cafetería en China), y conocimos a unos chicos de España que daban clase de español en Shanghai, que la verdad que muy majos. El problema, bueno, tampoco fue un problema, pero fue raro. Esto pasó cuando nos dijeron que realmente no estaban en China por lo del español, sino que eran Testigos de Jehova y se dedicaban a predicar en China. Ya veis, en China, donde puedes creer en la religión que quieras, pero no puedes predicarla, ya que tiene penas de cárcel. No sé, fue extraño cuando a nosotros también nos intentaron convertir. En fin, historias para no dormir. Con esto, ya se nos terminó el día.

Aunque no es del viaje, es la noticia más importante que he recibido últimamente, y merece la pena que lo comente. Me han concedido una beca para continuar mis estudios en China. La beca la da el gobierno chino, se llaman becas CSC (China Scolarship Council), y están muy bien. Me voy a quedar a hacer el máster en la universidad de Beihang, aquí en Beijing. Es para otros 3 años más, así que creo que os seguiré dando guerra con el blog más tiempo del que tenía pensado en un principio. Ah, otra noticia, mañana llegan mis padres a Beijing, así que voy a tener bastante material nuevo para las próximas semanas.


Un saludo enorme, Agustín
2010.02.24