28 de marzo de 2010

Hospitales en China

La verdad, es que me hubiese gustado no tener que contar esto, pero ya que me ha tocado, os voy a contar mis experiencias en hospitales de China, tanto la primera, que fue de rutina, como la segunda, que ya fue algo un poco más grave seria.

Allá vamos. La primera vez que me pasé por el hospital, sin contar la revisión médica para el visado, fue cuando tuve que ir para hacerme un chequeo para poder ir a la piscina. Si, un chequeo para poder ir a la piscina. Yo la verdad es que cuando me lo dijeron pensé que era de coña, pero no, para poder nadar en la piscina del campus tienes que estar en perfectas facultades físicas. Al final fue algo absurdo, ya que el chequeo era sólo para sacarte el dinero. Tienes que pasar tres pruebas.




La primera, te miden la tensión, pero claro, como estamos en China, algo raro tenía que pasar, y para medirme la tensión usaron un aparato como el de la foto que os he puesto. Si, flipante. Aquí no se andan con chiquitas, en vez de usar algo un poco más...moderno, prefieren la fiabilidad de los aparatos clásicos. Esta prueba no me costó mucho pasarla ya que, a todo esto, los médicos no hablan inglés, y ya al ver la máquina me imaginé lo que tenía que hacer. Cuando ya me había tomado la tensión, me midió el ritmo cardíaco, y eso si que fue de película, ya que usó el aparato típico de los médicos para auscultar y, ojo, su reloj de pulsera. La escena era bastante cómica con el médico mirando al reloj y contando el segundero.




La segunda prueba es para ver si eres elástico suficiente para nadar. Y claro, como yo no hablo chino el tío hacía el performance antes que yo para saber lo que tenía que ir haciendo. Y si, pude pasarla también.

Ya en la tercera prueba me di cuenta de que todo era para sacarme el dinero, pues fui a visitar a otro médico, y me hizo un montón de preguntas, en chino, y que claro, yo no supe contestar. Supuse que eran preguntas del tipo si tenía alguna enfermedad grave, o algo así, y claro, al ver que no entendía nada, escribió a todo que si, que estaba muy sano, y me dejó marchar. Ya veis, si llego a tener algo me quedo en el camino...

Ahora viene lo que ya es un poco más grave. La semana pasada estuve mal de la garganta, y no sé porqué, no me terminé de recuperar, así que ayer, sábado, me levanté con dolor de oídos, y como siempre he padecido de ello, me dije, tengo que ir al médico. Suerte que mi compañero de habitación temporal, Tibo, que habla chino, estaba conmigo, y además un amigo chino de él, así que me acompañaron. Llegamos al hospital de la universidad, y estaba cerrado. Si, en mi universidad está prohibido ponerse malo en fin de semana...así que me mandaron al hospital de la Peking University a que me atendiesen.






Al llegar al hospital, me hicieron pagar 10 yuanes para hacerme la tarjeta de fidelidad del hospital, como la del Carrefour, que sino no me atendían.Ya siendo socio del lugar, entré. El hospital era de película, pero de las de terror. Me da pena no tener fotos, pero no llevaba la cámara, y además me hubiese dado un poco de palo sacar fotos allí, con la gente agonizando. Supongo que fue porque era fin de semana y hay más hospitales cerrados, que estaba abarrotado. Un montón de gente por los pasillos, en camillas, vamos, una experiencia no muy agradable. 

Lo bueno es que me atendieron enseguida, y tuve suerte pues el médico hablaba un poco de inglés y nada, me dijo que tenía un poco de infección en un oído, y que tenía que echarme unas gotas y tomar un antibiótico. Obviamente busqué el antibiótico en internet, que no me fio un pelo de esta gente. El antibiótico es bastante light, ya que sólo es de 250mg, lo que puede decir dos cosas, o que no es mucha infección, o que el médico está acostumbrado a recetar a los chinos, que son unos flojos y no necesitan mucha medicación. Espero que sea lo primero.





Tras mi diagnóstico, ya sin amigos que hablasen chino pues se habían ido a mirar unos pisos, me fui a comprar las medicinas. Todo se hace dentro del hospital, ya que tienen farmacia dentro. Primero, pagas en una ventanilla perdida de la mano de dios, y después vas a otra ventanilla en la otra punta del hospital, para recogerlas.

Hasta aquí ha llegado la entrada de hoy, espero no tener que contar muchas más cosas de estas con médicos, hospitales y rollos por el estilo.

Un saludo, Agustín.
Un gallego en China.
2010.03.28

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